Nacido en una cantera de artistas y bohemios como es San Francisco, Bill Sussman es uno de esos pintores obsesionados con mostrar la belleza de la sexualidad femenina y la potencia que ofrecen las alegorías a su intimidad, pero con una notable diferencia: Sussman añade un elemento de surrealismo que otorga comicidad, cierto aire despreocupado y referencias a la cultura pop muy directas a su cuadros.
Sus mujeres, tan realistas que parecen calcadas de una fotografía (y puede que quizá lo sean), a menudo sonríen cómplices hacia el espectador. Sussman vive con su esposa en Polonia y se dedicar a vender por internet sus creaciones como objeto decorativo.
Sus mujeres, tan realistas que parecen calcadas de una fotografía (y puede que quizá lo sean), a menudo sonríen cómplices hacia el espectador. Sussman vive con su esposa en Polonia y se dedicar a vender por internet sus creaciones como objeto decorativo.